Como os tenía avisados, de lo más curioso del viaje fue la aventura de encontrar continuamente el siguiente lugar donde dormir.
El 25 de Julio dormí en Korçula y en principio había quedado que llegaba a las 21h en el ferry. Al final estaba a las 18h dando vueltas por la isla. No me quedaba otra que una llamada para volver a fijar un nuevo sitio para quedar. A las 19h en una agencia de viajes se presentaba Edita (la responsable de los Marco Polo Aparments) en su bici de montaña para indicarme el lugar donde iba a reposar.
Al día siguiente tocaba Mostar y aquí cometí uno de los fallos del viaje. Como os había comentado el TOMTOM no andaba muy actualizado en Bosnia por lo que la única manera de llegar era a través de las coordenadas GPS. Por la mañana de ese día intenté sin éxito conseguirlas a través del móvil. Más 25€ jodidos por tráfico de datos GPRS para la buchaca de Movistar y uno completamente ciego… Por lo que me presenté en Mostar sin tener claro cómo llegaría al hotel. Una vez en la city, paré en una gasolinera y les pedí ayuda. En contra de lo que podía parecer un plan sencillo… Esto se convirtió en una pequeña quimera. Nadie conocía el hotel y la dirección más que a bosnio les sonaba a chino. Solo me quedaba una opción… Llamar directamente al hotel. Únicamente esperaba algunas pequeñas explicaciones pero lo que encontré es que una persona se acercó en coche a la gasolinera donde estaba a recogerme ¿Es o no un sitio que merece la pena volver?
Nuevo día. Esta vez tocaba la gran paliza en coche del viaje para llegar a la capital de Croatia. En mi interior se alojaba la confianza que visto que en el plano la habitación donde dormiría se encontraba a escasos 100m de la montaña… No tendría ningún problema para aparcar. Craso error, dado que a pesar de ser cierto también se encontraba a 200 m del centro. Zagreb se ha expandido partiendo de esta montaña y de hecho para acceder al centro histórico has de vencer un cierto desnivel. A esta habitación llegué dos horas antes de lo previsto, por lo que llamé para adelantar la entrada en ella. Mereció la pena, porque fue la mejor habitación del viaje.
Al día siguiente el objetivo era Samobor. En principio sencillo, un viaje corto y dado que era un pueblo de montaña la localización se presumía inmediata. La dirección del destino era: Vrhovcak, Samobor, Croatia. Lo que parecía es que era una calle de Samobor… Nada más lejos de la realidad. Vrhovcak es un pueblo que dadas las obras de Samobor se encontraba a más de 10 kms de éste.
Pero es que aquí no acaba la historia. El lugar, como os dije en las primeras entradas, se llama Ghesthouse Pavlin. El caso es que en Internet se anuncia así pero todavía el ayuntamiento cuando llegué no les había concedido la licencia para anunciarse como lugar de hospedaje. ¿Por qué? Pavlin es una vinacoteca que tiene unas habitaciones dedicadas para el hospedaje y las ha puesto en marcha recientemente. Allí estaba nada más llegar toméndome unos vinos gracias a la hospitalidad del “dueño”.