domingo, 15 de agosto de 2010

De Trogir a Split

Nos habíamos quedado de camino en Trogir (uno ya anda delante de su PC y espero que se note en la reducción del número de faltas de ortografía).

La visita a Trogir solo se explica si se tiene especial sensibilidad por el románico. En este pueblecito se encuentra la iglesia más bella de toda Croacia, se trata de la la catedral de St. Lovro.



La fachada, del año 1240, es la joya de la visita y está hecha por el maestro local Radovan, como se indica en latín justo en el dintel (PER RADUANUM CUNCTUS HAC ARTE PRAECLARUM).

Posteriormente y después de haber dado buena cuenta de un pez de la zona me dirigí a Split. Perdonadme si no soy excesivamente locuaz, pero me vuelvo a quedar sin palabras.



¿Quien se imagina que en pleno s. XXI todavía puede existir un palacio romano de más de 30.000 donde viven al menos 3000 personas en un estado razonablemente aceptable? Un palacio en toda regla, con la parte para las viviendas de los soldados, para el emperador y por supuesto un punto central de ambas... Peristil, que vemos en la foto de arriba.

Dubrovnik le damos un capítulo aparte... La verdad es que se lo merece, aunque nunca por elevado precio (a veces duplicado) de las entradas.

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